Manuel, aprovecha que cumple doce años y considerándose un tanto mayorcito, decide pedirles a sus padres la autorización para colocarse un tatuaje.Ante la negativa de su familia y su gran deseo de ser mayor y poder encarar sus propias decisiones, encuentra a través de su abuelo y la Luna, una excelente solución que conducirá, a darle a la historia, un toque de humor, sabiduría y de realidad.Odalys Leiva Rosabal. Enfrentar el reto de ser niño puede llegar a ser la más compleja de todas las tareas más allá del estrecho universo en el que la gran imaginación de esas primeras edades se ven cercadas por la atmósfera de rutinas y convencionalismos con la que los adultos nos afanamos en podar el infinito florecer de esa etapa tan importante. Todos fuimos Manuel. Todos anhelamos alguna vez acelerar todos los procesos y romper todas las reglas y normas que, adecuadas o no, nos fueron impuestas por el entorno al que nos trajo la vida. La superficialidad de la moda, la comprensión de unos adultos o la incomprensión de otros, la solidaridad de nuestros amigos y su apoyo incondicional en los momentos difíciles desembocan en este libro de nuestra Griselda Leonor Rodríguez Pimentel, junto a los primeros destellos del amor y la certeza de lo hermosa que puede y tiene que ser la vida.Norge Sánchez