Hace ya algún tiempo me planteé el gran abismo de desconocimiento sobre los padres de la iglesia por parte del mundo evangélico laico. Una de las maneras de dar a conocer a los padres es a través de su espiritualidad, así que me propuse comentar diferentes episodios de la semana santa usando los escritos de la patrística. Al principio, no sabía como introducirlos a mi congregación, pero hablé con el pastor, antes de que llegara la semana santa, y nos pusimos de acuerdo en pasar mis reflexiones como lectura voluntaria a los miembros de nuestra iglesia local y fue un éxito, ya que afectó positivamente a la espiritualidad de los hermanos y hermanas. Ha pasado ya más de un año desde que escribí estas reflexiones y ahora quiero ponerlas al alcance de todos.En estos tiempos de pandemia, estoy convencido, que lo mejor que se puede hacer, como cristianos, es sumergirnos en la semana santa y ver el sufrimiento y la vindicación del Señor Jesucristo. Los tiempos son malos, pero como dicen los cristianos griegos: "Kristos Anesti", Cristo ha resucitado. El sufrimiento tiene sentido, pero se debe saber sufrir para poder vivir con esperanza.Si usted, estimado lector, es ortodoxo o católico, también va a poder sacar provecho espiritual. Esto se debe a que no he entrado en doctrinas controversiales, ni he escrito desde una perspectiva reformada, sino que he buscado la sabiduría de los padres para comentar de una manera ortodoxa común a todos los cristianos nicenos.Mis oraciones están con usted para que esta humilde obra sea de bendición y pueda aplicar lo que aprenda a través de los evangelios y el comentario de los antiguos cristianos por los cuales todas las denominaciones trinitarias compartimos, como mínimo, admiración.