Cuando Sarah McCartney se cansa de recibir miradas de compasión por parte de la gente tras la cancelación de su compromiso y la denegación de un ascenso en el trabajo, hace las maletas y se dirige a su ciudad natal, Swansboro, un viejo y sucio pueblo en el corazón de Maine, para curarse. Allí conoce a Frank Johnson, un antiguo chico del pueblo y propietario de un restaurante local que esconde sus propias heridas. Lo que comienza como un simple empleo se convierte en algo más, y Sarah se encuentra enamorada de Frank a pesar de que jura que ha terminado con el amor. Sarah empieza a pensar que por fin ha encontrado su felicidad para siempre con Frank hasta que algo le ocurre a su burbuja por segunda vez, y esta vez, Sarah hace las maletas para marcharse de nuevo y está segura de que no dará otra oportunidad al amor. Excepto que esta vez, hay cierto chico del pueblo que no la dejará ir. Él afirma que todo lo que pide es UNA OPORTUNIDAD MÁS...